Dicen que las crisis depuran
los mercados. Cuando llega el momento de dificultades económicas en una
empresa, la planilla se reduce a los trabajadores prácticamente indispensables,
etc. Pasa lo mismo con la señora que va a poner su carretilla en el
supermercado.
El trabajador tiene que batallar para conservar
su puesto de trabajo y el empresario batallar por un lugar en esa canasta de
cada familia.
La función de la publicidad es: ayudar a los
anunciantes a impulsar sus ventas a corto plazo y a crear valor a largo plazo
para sus marcas. El gran problema es cuando el anunciante, olvida la acción
residual y de largo plazo de la publicidad y deciden suspender la publicidad.
Es un hecho comprobado que quienes mantienen
presencia en los tiempos de dificultad, son quienes se ven recompensados cuando
pasa la tempestad.
Hay una frase valiosa y graciosa:
Detener la publicidad para ahorrar dinero, es
tan absurdo como detener las manecillas del reloj para ahorrar tiempo.
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